(Por Cristian Paladino) – El Fútbol Juvenil de San Lorenzo siempre abre puertas a nuevas historias. Esta vez, el protagonista es Kevin Liquitaya, delantero de la Octava División (Categoría 2010), que con apenas 15 años empieza a hacerse notar en los torneos de AFA. En cuatro partidos disputados ya lleva tres goles, el último de ellos en la reciente victoria 2-0 ante San Martín de San Juan, como visitante.
Nacido en Capital Federal el 18 de marzo de 2010, Kevin se viste de azulgrana desde hace casi una década. Llegó en 2015 y nunca más se fue: “Comencé en el baby fútbol de Los Carasucias, donde me vio jugar Iñaki Bilbao y me consiguió una prueba para la categoría 2009, porque la 2010 todavía no competía. Por suerte me fue bien y entré. Jugué un tiempo con los más grandes hasta que se armó mi categoría”, recuerda con una sonrisa.
Su presente en Juveniles de AFA es la recompensa a años de trabajo en Liga Metropolitana, donde fue puliendo su técnica y paciencia. Hoy, empieza a sumar minutos y goles en un plantel que tiene exigencia y competencia interna: “Obviamente, es un momento que esperé desde el primer día que empecé en Novena División y por suerte se está dando. Estoy contento por esta oportunidad en un plantel que tiene grandes jugadores, ojalá pueda seguir por este camino”, explica.
La victoria en San Juan tuvo a Liquitaya como protagonista en la red. Pero él baja el perfil y le da mérito al grupo: “La clave del triunfo estuvo en el trabajo del equipo en cada jugada, haciendo circular la pelota con rapidez. Por suerte logramos ser precisos en los momentos oportunos y alcanzamos una victoria merecida”.
Su entusiasmo es natural: a los 15 años todavía hay un largo recorrido de formación por delante. Él lo sabe y lo vive con cautela. “Estoy muy contento porque la vengo luchando desde hace mucho tiempo para tener esta oportunidad y sigo trabajando día a día para seguir de esta manera y seguir creciendo”.
Con los pies en el césped y la mirada en el cielo, Kevin también le da un sentido especial a sus festejos: “Soy muy creyente, todo lo que logré es gracias a Dios. También siempre tengo presente a mi abuelo y a Valen Guzmán, a quien siempre vamos a extrañar”.
Sobre la cancha, se define de manera sencilla: “Me defino por ser goleador y por ser un jugador técnico. El entrenador me pide que presione alto a los centrales, que apoye a mis compañeros que estén de frente y hacer los goles”. En cuanto a modelos, no duda: “Me siento identificado y me gusta la manera de jugar de Lautaro Martínez”.
El sueño de vestir la azulgrana lo acompaña desde chico y lo disfruta en cada entrenamiento: “Para mí es un orgullo vestir esta camiseta tan grande como la de San Lorenzo, más porque es un club que casi toda mi familia es hincha”.
La Categoría 2010 tiene el desafío de seguir peleando el torneo. Kevin lo asume con naturalidad: “Siempre, la categoría resalta por pelear el campeonato año tras año y ojalá se pueda dar el objetivo”.
Entre goles, recuerdos y sueños, Kevin Liquitaya empieza a escribir las primeras páginas de su recorrido en Juveniles de AFA. Un delantero de proyección, con presente prometedor, pero sobre todo con la claridad de que cada paso recién está comenzando.
