(Por Cristian Paladino) – La emoción no se puede narrar, pero hay hechos que la condensan. Y esta semana, el fútbol juvenil de San Lorenzo vivió uno de esos momentos que quedan grabados para siempre. En el predio Lionel Messi de Ezeiza, dos pibes nacidos en 2010 y forjados en el semillero azulgrana dieron sus primeros pasos con la camiseta más linda del mundo: la de la Selección Argentina.
Valentín Céspedes, arquero de González Catán, y Facundo Galeano, marcador central de Moreno, representaron al Ciclón en una doble jornada amistosa que enfrentó al seleccionado Sub-15 nacional, conducido por Diego Placente, frente a su par de Estados Unidos.
Partidos con identidad, emoción y futuro
La serie de amistosos tuvo como propósito principal permitir al cuerpo técnico nacional observar de cerca a los jugadores que comienzan a perfilarse como base del equipo que afrontará los desafíos del ciclo. Y en ese proceso, ambos juveniles de San Lorenzo respondieron con personalidad y jerarquía.
En el primer encuentro, Céspedes tuvo su bautismo internacional defendiendo el arco argentino durante la etapa inicial. Con voz de mando, reflejos rápidos y una notable lectura del juego, contribuyó a que Argentina se fuera al descanso ganando 2 a 1. Luego, con cambios en el equipo (incluyendo el arquero), el conjunto norteamericano logró revertir el marcador, imponiéndose finalmente por 4 a 2. Los goles albicelestes fueron obra de Santiago Medina y Lautaro Báez.
El segundo partido trajo revancha. Con Facundo Galeano como primer marcador central, Argentina mostró otra solidez y se quedó con el triunfo por 2 a 1 gracias a los tantos de Román González y Bruno Cabral. Galeano, dueño de una presencia imponente y una lectura táctica sobresaliente, se mostró firme en cada cruce, seguro en el juego aéreo y con una madurez impropia para su edad.
Céspedes y Galeano, dos joyas del semillero azulgrana
Ambos futbolistas pertenecen a la Octava División de San Lorenzo y vienen destacándose desde hace años en las formativas del club.
Valentín Céspedes, arquero desde los seis años en Boedo, se formó en el baby fútbol de Los Matadores. Con una contextura física privilegiada y una capacidad nata para ordenar a su defensa, es más que un guardameta: es un líder silencioso que guía desde el fondo. Su madurez y serenidad lo posicionan como uno de los proyectos más firmes bajo los tres palos en el fútbol infantil argentino.
Facundo Galeano, en tanto, llegó al club en 2015. Con paso firme fue creciendo hasta transformarse en una pieza clave del equipo y habitual portador de la cinta de capitán. Su capacidad para anticipar, cerrar espacios y comandar la defensa lo convierte en un zaguero central de alto vuelo, con gran futuro.
Un paso que marca el camino
Estas convocatorias no son casualidad: son el fruto del trabajo, el compromiso y la pasión que Valentín y Facundo depositan en cada entrenamiento. También son una caricia al alma para los entrenadores, formadores y familias que los acompañan desde hace años.
San Lorenzo tiene motivos para estar orgulloso. Y no sólo por el presente de estos chicos, sino por lo que representan: un semillero que sigue dando frutos, una cantera que alimenta los sueños del fútbol argentino, y un club que, pese a todo, nunca deja de apostar al futuro.
