(Por Cristian Paladino) – En un martes que quedará tatuado en sus memorias, tres jóvenes talentos del fútbol juvenil de San Lorenzo firmaron su primer contrato profesional con la institución. Alejo Rivas, Nicolás Blanco y Tomás Yaciuk, todos con presente en la División Reserva, dieron un paso decisivo en sus carreras al sellar su vínculo con el club hasta diciembre de 2027.
El momento no fue solo un trámite legal. Fue, para cada uno de ellos, el cierre simbólico de una etapa repleta de sacrificios y la apertura definitiva hacia el fútbol grande, ese que alguna vez soñaron cuando daban sus primeros toques en una escuelita de barrio, con la ilusión pegada al botín.
Alejo Rivas, talento y precisión con ADN azulgrana
Nacido el 16 de febrero de 2006 en Mercedes, provincia de Buenos Aires, Rivas llegó a San Lorenzo en 2014 y no tardó en hacer notar su jerarquía. Volante central diestro, de técnica depurada y con una pegada quirúrgica, Alejo se ganó el reconocimiento no solo por su inteligencia táctica, sino por su exquisita ejecución en tiros libres, un arte que domina como pocos en las juveniles.
Hoy es parte del proceso de la Selección Argentina Sub-20, lo que da cuenta de su proyección. Pero detrás de ese presente lleno de promesas, hay un chico que recorrió un largo camino desde su ciudad natal, que creció dentro del club y que se formó con un respeto absoluto por la camiseta de San Lorenzo.
Nicolás Blanco, el lateral que dejó huella desde temprano
Con apenas siete años, en 2014, Nicolás Blanco dejó Escobar y empezó a construir su historia en Boedo. Nació el 10 de abril de 2007 y desde que llegó mostró condiciones de sobra para destacarse. Firme en la marca, atento en la cobertura y con una interesante proyección por el andarivel derecho, Blanco se consolidó como un lateral moderno, de esos que no sólo defienden bien, sino que también piensan en atacar.
Es otro producto genuino del Semillero Azulgrana, donde no solo creció como jugador, sino también como persona, con los valores que San Lorenzo siembra en cada categoría formativa.
Tomás Yaciuk, potencia y talento desde Morón al mundo
El más joven del trío es Tomás Yaciuk, nacido el 7 de abril de 2008 en Morón, provincia de Buenos Aires. Llegó a San Lorenzo en junio de 2015, con apenas siete años, y desde entonces no dejó de evolucionar. Volante ofensivo, explosivo y con una notable capacidad para el gol, Yaciuk es de esos jugadores distintos: desequilibrante, veloz, potente y muy certero en la definición.
Su crecimiento en la institución fue sostenido y meteórico. Forjado íntegramente en el club, su nombre ya suena fuerte entre los formadores del fútbol juvenil, que lo señalan como una de las apariciones más promisorias de los últimos tiempos.
Los tres crecieron en Ciudad Deportiva, aprendieron a vestirse de azulgrana con humildad y orgullo, y dieron sus primeros pasos soñando con este día. La firma del primer contrato no es solo un acto administrativo: es la recompensa a años de compromiso, esfuerzo silencioso y amor por una camiseta que supieron honrar desde la base.
San Lorenzo les dio un lugar, ellos lo devolvieron con entrega. Hoy, ese vínculo se afianza todavía más. Porque el futuro ya empezó. Y lleva sello azulgrana.
