
El sueño de Facundo Gulli empieza a tomar forma
Hay decisiones que marcan el camino. Y hay momentos que sellan años de esfuerzo silencioso, de convicciones inquebrantables, de sueños cultivados con paciencia. Facundo Gulli firmó su primer contrato profesional con San Lorenzo de Almagro, el club que lo abrazó cuando apenas era un chico con ilusiones grandes y una zurda cargada de talento. Su vínculo se extenderá hasta Diciembre de 2028.
Para Gulli, nacido el 25 de septiembre de 2005 en Carapachay, provincia de Buenos Aires, esta firma no es solo un logro. Es también una declaración. Porque este volante creativo, cerebral y sereno, viene construyendo este presente desde hace mucho. Desde que en 2016 llegó desde Argentinos Juniors para sumarse al Semillero Azulgrana, supo que vestir esta camiseta no era un premio: era una oportunidad. Y no la desaprovechó.
Zurdo fino, inteligente para leer los espacios y con una admirable capacidad para asistir y romper líneas, Facundo fue dejando una huella en cada división. Su crecimiento no fue estridente, pero sí sostenido. Siempre prolijo, siempre pensante, con una claridad inusual para encontrar el pase justo en el momento exacto. Y con el tiempo, sumó una herramienta clave: la llegada al gol, ese plus que transforma a un buen volante ofensivo en uno verdaderamente completo.
Su debut en la División Reserva se dio el 25 de abril de 2024, en Ciudad Deportiva, frente a Deportivo Riestra. Aquel empate 1-1 marcó el primer capítulo de una nueva etapa, donde su protagonismo comenzó a afirmarse sin estridencias, como todo en su carrera: paso a paso, pero con determinación.
Facundo Gulli no necesita gestos grandilocuentes. No grita, no se impone con palabras. Su fútbol habla por él. Es de esos jugadores que parecen ver el juego en cámara lenta, que encuentran claridad donde otros ven caos, que se destacan sin necesidad de luces. Hoy, con su firma, da un paso trascendental. Un paso que honra su recorrido y anticipa lo que viene.
Porque si el murmullo que lo rodeaba en Infantiles se convirtió en expectativa en Juveniles, ahora empieza a sonar como promesa en voz alta. Y en Boedo lo saben: este chico de Carapachay tiene mucho para decir… con la pelota en los pies.