
Los cuatro futbolistas deberán presentarse en el Predio de la AFA los días lunes 4, martes 5 y miércoles 6 de agosto, para participar de entrenamientos y evaluaciones organizadas por el cuerpo técnico nacional de la categoría. Sin dudas, se trata de una noticia enorme para el semillero azulgrana, que ratifica su trabajo formativo y el nivel de sus divisiones inferiores.
✨ Maximiliano Bravo: la elegancia hecha fútbol
Nacido el 30 de abril de 2010 en Gregorio de Laferrere, Bravo llegó a San Lorenzo en 2017 y desde entonces ha recorrido un camino de crecimiento continuo. Volante central diestro, combina una técnica depurada, visión de juego y serenidad, características que lo hacen destacar como un verdadero conductor del equipo.
Bravo no grita goles con frecuencia, pero los fabrica desde atrás, marcando el ritmo del juego y haciendo que sus compañeros brillen. Es de esos mediocampistas que no necesitan hablar para liderar: lo hacen con la pelota en los pies.
⚽ Maximiliano Giammatolo: instinto goleador y calidad técnica
El segundo Maxi, Giammatolo, nació el 16 de febrero de 2010 en Azul, provincia de Buenos Aires, y es una de las incorporaciones recientes de San Lorenzo, donde llegó en 2024. Delantero diestro, se destaca por su ubicación, su lectura del juego y una gran capacidad de definición que lo convierten en goleador nato.
No solo está bien plantado en el área: también sabe jugar de espaldas, asociarse y definir con ambas piernas, atributos que lo vuelven un delantero moderno y completo. Pese a su corta estadía en el club, ya dejó huella, siendo pieza clave del ataque de la Octava.
Un premio al trabajo colectivo
Esta cuádruple citación no es casualidad. Es el fruto de un proceso de formación que apuesta por el desarrollo integral de los juveniles, no solo en lo futbolístico, sino también en lo humano. La Octava División de San Lorenzo, con sus entrenadores y cuerpo técnico, viene sosteniendo una identidad clara, un estilo de juego y una filosofía que empieza a dar sus frutos a nivel nacional.
La convocatoria de Bravo, Giammatolo, Céspedes y Alzatti pone al Semillero Azulgrana en el radar de la Selección y confirma que, en Boedo, se sigue sembrando con convicción para cosechar talentos que sueñan en celeste y blanco.